Texas Approves Use of Floating Marine Barrier to Control Immigration
Texas Governor Greg Abbott has approved the use of a floating marine barrier in the Rio Grande as part of the state’s efforts to control immigration, according to sources familiar with the matter. The barrier, consisting of rotating buoys connected by steel cables, will be initially deployed in a heavily trafficked area between Piedras Negras, Mexico, and Eagle Pass, Texas, where many immigrant family groups have been crossing the border since the end of Title 42 pandemic expulsions on May 12.
The floating barrier is designed to impede immigrants from climbing over it, as the buoys rotate backward towards anyone attempting to do so. Texas has purchased a thousand feet of barrier from Cochrane, a company specializing in marine barriers. If proven effective, Texas plans to deploy more barriers in other immigration hotspots along the Rio Grande.
The use of physical barriers in immigration control carries political risks, as they often face criticism from advocates of illegal immigration and can attract negative media attention if immigrants are injured while attempting to overcome them. State officials acknowledge that some immigrants may try to swim under the barrier, and discussions are underway regarding the use of underwater webbing to deter such attempts.
Governor Abbott has implemented a broader strategy in Texas, deploying state police, national guard troops, and forces from other states to physically block immigrants from leaving the water or riverbank. Coils of razor wire have been placed along popular river crossing points, and the use of this tactic has proven successful in the Matamoros/Brownsville area. However, other regions with challenging terrains, such as marshes, islands, and heavy brush in the Piedras Negras/Eagle Pass area, have presented obstacles to the state’s river-blocking approach.
The introduction of the marine barrier aims to provide state forces with more time to respond when swimmers attempt to breach or bypass the barrier. This initiative comes at a time when the United States is experiencing a significant mass migration crisis, now in its third year. Since the end of the Title 42 expulsion measure, Texas has witnessed increasing numbers of family groups crossing the border. They have realized that the Biden administration is not strictly enforcing punishments for illegal crossings, which has led to a faster entry into the country.
This discovery has resulted in a rise in border crossings in areas like Piedras Negras/Eagle Pass and other locations along the 1,200-mile Texas border. Governor Abbott and the participating states face the challenge of deterring these growing flows of immigrants who are enticed by the perceived leniency of enforcement.
En la última de una serie de iniciativas estatales para controlar la inmigración, el gobernador de Texas, Greg Abbott, ha autorizado una nueva herramienta inusual: una barrera marina flotante que se desplegará en el Río Grande, según tres fuentes con conocimiento directo confirmaron al Center for Immigration Studies.
La versión de la barrera marina que se utilizará en Texas no incluirá las púas mostradas en esta imagen del sitio web de la empresa Cochrane. Los primeros 304 metros de barrera flotante, compuesta por boyas grandes y giratorias unidas estrechamente por un cable de acero grueso, se desplegarán en un tramo altamente transitado del Río Grande entre Piedras Negras, México, y Eagle Pass, Texas. Desde el final de las expulsiones instantáneas por la pandemia bajo el Título 42 el 12 de mayo, ha habido un aumento en el cruce de grupos de inmigrantes familiares que se entregan a las autoridades. Los inmigrantes tendrían dificultades para cruzar las boyas, ya que estas girarían hacia atrás cuando intenten treparlas.
Texas ya ha adquirido tramos de barrera de la empresa Cochrane, especializada en barreras marinas utilizadas principalmente por las marinas. Texas desplegará los primeros 304 metros en junio o principios de julio, según dos fuentes.
Si resulta efectiva, Texas desplegará más barreras en puntos calientes de inmigración en el Río Grande.
Esta medida conlleva ciertos riesgos políticos, ya que las barreras físicas para la inmigración ilegal, como los muros altos, suelen recibir críticas y generar controversia por parte de los defensores de la inmigración ilegal, además de atraer la atención hostil de los medios si los inmigrantes resultan heridos al intentar superarlas.
Los funcionarios estatales son conscientes de que algunos inmigrantes intentarán nadar por debajo de la barrera.
“El diseño completo tiene como objetivo bloquear a miles, no a uno solo” que pueda superarla, dijo un funcionario estatal.
Sin embargo, se están llevando a cabo discusiones internas sobre si utilizar una red submarina que cuelgue a cierta distancia debajo de la barrera para disuadir tales intentos, ya que esto podría reducir en lugar de aumentar las posibilidades de ahogamientos.
Esta idea forma parte de una nueva iniciativa más amplia de Texas, donde Abbott ha desplegado a la policía estatal y a la Guardia Nacional, reforzados por fuerzas de más de una docena de estados adicionales, para bloquear físicamente a los inmigrantes y evitar que salgan del agua o de la orilla del río. Estas fuerzas, algunas de ellas armadas con pistolas de aire comprimido, custodian desde detrás de bobinas de alambre de púas que Texas ha tendido durante millas en puntos populares de cruce del río.
En mayo, el gobernador Abbott decidió intensificar esta táctica esencialmente improvisada después de que demostrara ser exitosa para detener un gran aumento de miles de inmigrantes que cruzaban en el área de Matamoros/Brownsville.